En las instituciones etnoeducativas de La Guajira, la llegada de La Aldea ha abierto un verdadero bufé de estrategias y recursos. «Ya no tenemos un solo plato; ahora decidimos, dentro de ese bufé, con cuáles estrategias nos quedamos y cómo las adaptamos a los diferentes niveles que estamos trabajando», nos cuenta Nelvis Peralta, de la IE Roig y Villalba en Fonseca.
De entrada, Nelvis ha invitado a sus estudiantes a crear huertas en casa, elaborar herbarios como el de Enrique y vincular a los personajes de la historia en el proceso de plantar alimentos. Como acompañamiento, la maestra Kelys Rodríguez Medina, del Centro Etnoeducativo No. 13 de Riohacha, invitó a sus estudiantes a conocer animales que eran nuevos para ellos (como Carmen, la osa de anteojos) recreando a los personajes de La Aldea por medio de hojas secas y otros recursos naturales. Finalmente, de postre, la coordinadora Claudia Mendoza, del municipio Hato Nuevo, se ha encargado de presentar La Aldea en dos sedes con 23 maestras y 711 niños de transición y primaria, para que cada uno pueda encontrar dulces caminos para aprender. «Son mi equipo, mi soporte y mi razón de ser», nos cuenta Claudia con orgullo. ¡Buen provecho!